Por David Andrade

Cuando uno mira una película o serie: le encanta que haya
mucha acción, disparos, golpes, caídas… o prefiere ver algo
menos “violento”, un bonito romance, donde la novia celosa
planta una cachetada a su pareja justo antes del beso.
También están las comedias donde el patoso protagonista se
tropieza, o quizás prefieran disfrutar de un gran drama,
donde la chica sale corriendo huyendo de su agresor sin
importarle que lleva zapatos con tacones…
Sea del gusto o del momento del ávido espectador, es
probable que no repare en que hay un/una doble (stunt,
especialista de cine, cascadeur, каскадер…) dispuesto a
recibir ese golpe, cachete, correr con tacones a riesgo de
torcerse un tobillo… en definitiva a estrellarse.
Los fans o seguidores de un actor o actriz, alaban su trabajo
[qué duda cabe que no sean talentosos en la interpretación
del dolor] sin darse cuenta que quizás ni manejen un auto o
motocicleta o puede que no sean tan diestros en el manejo de
las artes marciales.
Sin duda, en el mundo del arte de contar historias, se
demuestra que el trabajo en equipo es primordial, los premios
y alavanzas están muy bien. Suben el ánimo y alentan a
seguir adelante con esta profesión, tan apasionante como
inestable, pero no hay que olvidar que los autógrafos los
firman personas apoyadas por un gran gremio de
compañeros y compañeras de trabajo delante y detrás de las
cámaras que elevan en un alto porcentaje su gloria [en algunos
casos al 200%]
Con esto, por supuesto no se trata de desmerecer al rostro
conocido, sino de dirigir un foco de luz hacia el resto del
equipo, para que el ávido espectador dirija
su mirada y comparta su aplauso, tan
bien merecido, a quienes ayudan a
engrandecer las historias contadas en el
celuloide [hoy en día digital].
Como actor que firma autógrafos, doy fe.
David Andrade