Por José Correa
Imagínense el siguiente escenario:
Salen de su casa. Agarran la mano de la bella dama o caballero que los acompaña. El sol empieza a alejarse en su ocaso y deciden ir a cenar a un bello restaurante; el mesero los atiene, la deliciosa comida les causa un éxtasis el cual desean continuar haciendo de esa velada y deciden dar otro paseo bajo la luz de la ciudad. Escuchan el sonido de una ciudad viva y sorprende mente recuerdan que es el estreno de una pelicula, de la que desde hacía ya un tiempo estaban pendientes y justo en ese momento recuerdan que es el lanzamiento mundial.
¡Van al cine! Compran unas palomitas. Van a ver su pelicula y al salir, tienen esa sensación de magia que recorre sus cuerpos y les hace sentir que esa noche simplemente ha sido PERFECTA.
Pues seamos claros, poco a poco eso está desapareciendo…
Cada vez los proyectos son más costosos. Antes pagar a un actor una cifra de 20 millones de dólares les posicionaba en el top list entre los mejores pagados, ahora mismo vemos actores que cobran cifras de hasta 80 o incluso 100 millones de dólares más royalties o porcentajes de venta. ¿Por qué? Por que los proyectos cada vez más ambiciosos buscan asegurar la formula de éxito, pero… Siempre hay un pero
¿Es rentable? Hemos visto grandes fracasos que han sido completamente notorios en los últimos años, apuestas que han sufrido grandes pérdidas, incluso cuando han querido asegurarse de que el producto generara nostalgia (que de ese tema hablaremos otro día.)
Hemos sido bombardeados con puestas en escena de películas que hace 20 años eran un completo éxito y nos hemos encontrado en la era donde los monopolios y las guerras multimedia están dando paso a nuevas formas de ver el cine.
El grupo Disney que hace pocos años aseguro su posición comprando compañías al punto de garantizar su 60% de presencia en el mercado, Netflix, últimamente Amazon haciendo grandes inversiones por ejemplo con la plataforma starz la cual publica muchos estrenos de cartelera. Han creado un sistema en el que las batallas están dejando de estar la taquilla para llevarla a nuestras casas. Viendo como por ejemplo estrenos como la pelicula de BLACK WIDOW ha sido cada vez más atrasada por la covid para evitar que sea un fracaso debido a la inversión y el riesgo que conlleva.
Muchas salas de cine han entrado en quiebra, como consecuencia se está inyectando más dinero a estas plataformas multimedia.
Pero la guerra y el cambio silente no solo ocurre en el cine, sino en nuestras vidas.
Tenemos un abanico de opciones y un control absoluto de lo que queremos escoger en nuestras vidas y para nuestro deleite, pero somos presos a las suscripciones y opciones que para poder disfrutarlas no basta con ir a una sala de cine y comprar la boleta, sino que tenemos que tener el paquete suscrito de uno u otro para poder disfrutar, porque estamos claros. El cine ha muerto y ahora la guerra se lucha en nuestros bolsillos a través del dispositivo móvil, ya que los increíbles gastos de inversión por proyectos DEBEN SER ASEGURADOS A TODA COSTA.
Cada vez es más fácil hacer cine, pero la pregunta es: ¿Por qué entonces son más caros los proyectos? Es importante analizar el mercado para entender que está en riesgo toda una infraestructura donde el arte iba primero y este representaba el beneficio, ahora se hace primero un análisis económico para ver que tan rentable pueda ser un producto.
Foto josé Correa